jueves, 25 de agosto de 2016

Contexto histórico del diseño industrial moderno

La arquitectura del hierro y vidrio, la fotografía, la ilustración tipográfica, y la electricidad, fueron los inventos clave del siglo XIX que establecieron las bases para el nacimiento del diseño industrial moderno con sus características de estandarización y reproductividad. La imagen, ya sea la plana de carácter publicitario o la tridimensional del mismo objeto, habrían de convertirse en un elemento esencial para el diseño de los siglos XIX, XX y XXI, que surge en un mundo comercial muy competitivo.

El diseño industrial, con grandes variaciones a través de la historia, presta mucha importancia no solo a la funcionalidad de sus productos, sino fundamentalmente, al mensaje visual que cada uno de dichos objetos conlleva en cada una de las culturas que se originan y a las que contribuyen de manera simbólica y estética.

El diseño industrial es un fenómeno vivo y dinámico. Existe gran variedad de opiniones muy diferentes sobre los comienzos de la disciplina, sus influencias y sus prioridades. Sin embargo, la mercadotecnia y la explotación del diseño industrial para aumentar las ventas de un producto y la producción en serie del mismo es un punto fundamental en la práctica de dicha disciplina.

La Revolución Industrial, hizo que se pasara de la producción individual a la división del trabajo en las fábricas. Para los obreros, las condiciones de trabajo eran peligrosas y sucias, y no fomentaban ningún sentimiento de orgullo por el trabajo realizado. Se producían muebles, cuberterías y textiles, destinados a atraer a una nueva clase media urbana que mostraba un gran interés por este tipo de productos y por otros más baratos.


Formalización del diseño

El establecimiento de escuelas de diseño, como la Central School of Arts and Crafts, fundada en 1896, fue uno de los primeros intentos de desarrollar una comprensión crítica de los objetos y la arquitectura. El gobierno alemán fomentó la cooperación entre artistas, fabricantes y vendedores a través del Deutscher Werkbund (Asociación Alemana de Artesanos, fundada en 1907), y uno de los miembros de esta organización, Peter Behrens, puede considerarse uno de los primeros diseñadores industriales propiamente dichos, al colaborar con la empresa alemana Allgemeine Elektricitäts-Gesellschaft (AEG - Compañía General de Electricidad).

El debate de la Werkbund, que continuó con la escuela de diseño de la Bauhaus (fundada en Weimar en 1919), se centraba en las relaciones entre las sensibilidades artísticas y artesanales, el aprovechamiento de la máquina, el uso de nuevos materiales en arquitectura y el diseño para la producción industrial. La pureza formal del movimiento moderno (que se aprecia especialmente en la obra de arquitectos como Le Corbusier o Ludwig Mies van der Rohe) tuvo una importante influencia en la naciente disciplina del diseño industrial.


En el siglo XX con la construcción de autopistas y autovías, cintas transportadoras en la producción y almacenamiento, y el empleo de varios artefactos eléctricos como las aspiradoras, máquinas de lavado y secado y aplicaciones destinadas a acelerar las tareas del hogar, las ideas de eficiencia y rapidez fueron ganando espacio en el mundo industrial. Estos electrodomésticos requerían un diseño racionalizado y diseñadores con una nueva demanda para su arte creativo pero en formato en tres dimensiones (3D).


Diseño industrial y mercadotecnia.

Henry Ford revolucionó la producción de vehículos con la introducción y desarrollo de las técnicas de cadena de montaje en el automóvil Ford T de 1908. Estas técnicas se introdujeron rápidamente en otros ámbitos de la industria. La producción en serie exigía ventas masivas, y los fabricantes estadounidenses de la década de 1920 no tardaron en reconocer el potencial del diseño industrial. Aunque en aquel momento ya se estaba desarrollando un mercado para bienes de consumo, las empresas estadounidenses tenían gamas de productos bastante similares entre sí y vendían a precios constantes al tener una capacidad de producción similar.


En aquel periodo se empleó por primera vez el término “diseño industrial” para describir su trabajo, que se centraba en productos de consumo, como automóviles y otros vehículos, neveras, cocinas y una amplia gama de productos domésticos mecánicos o eléctricos. Las ventajas comerciales no sólo procedían del moderno aspecto estilizado de un producto, sino muchas veces también de mejoras claras en la fabricación o el montaje y de ideas inteligentes sobre el empleo de los aparatos. Los productos de los diseñadores industriales eran con frecuencia más baratos de fabricar y más fáciles de usar que sus predecesores, por lo que se vendían mucho más. Eso hizo que la profesión de diseñador industrial obtuviera un reconocimiento social inmediato.

Aquel periodo se asocia muchas veces con el aerodinamismo, que implicaba el uso de los estudios del siglo XIX sobre formas naturales eficientes (como las de aves y peces). Ese movimiento llevó a la aplicación de formas aerodinámicas a los automóviles, trenes y aviones, pero también al diseño estilizado de objetos de consumo estáticos, como tostadoras o grapadoras, como emblema de la modernidad.

Actualmente el diseño industrial recoge otros aspectos como optimización de materiales, criterios técnicos de comportamiento de los objetos, mejora continua de los productos y nuevas prestaciones de los mismos.



BIBLIOGRAFÍA
Diseño Industrial Mexicano e Internacional. “Diana Comisarenco”

Fuentes Web:

http://www.arqhys.com/construccion/industrialdis-historia.html

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