En la máquina de vapor se basa la Primera Revolución
Industrial que, desde fines del siglo XVIII en Inglaterra y hasta casi mediados
del siglo XIX, aceleró el desarrollo económico de muchos de los principales
países de la Europa Occidental y de los Estados Unidos.
Muchos han sido los autores que han intentado determinar la
fecha de la invención de la máquina de vapor atribuyéndola a tal o cual
inventor; intento que había sido en vano, ya que la historia de su desarrollo estaba
plagada de nombres propios.
Desde la recopilación de Herón hasta la sofisticada máquina
de James Watt, son multitud las mejoras que en Inglaterra y especialmente en el
contexto de una incipiente Revolución Industrial en los siglos XVII y XVIII
condujeron sin solución de continuidad desde los rudimentarios primeros
aparatos sin aplicación práctica a la invención del motor universal que llegó a
implantarse en todas las industrias y a utilizarse en el transporte,
desplazando los tradicionales motores, como el animal de tiro, el molino o la
propia fuerza del hombre.
Auspiciado por Joseph Black, ocupado en las investigaciones
que le conducirían al descubrimiento del calor latente, James Watt se propuso
mejorar la máquina de Newcomen desarrollada en 1712 que combinaba la presión de
vapor con la presión atmosférica a través de una bomba cuyo pistón era
accionado por la fuerza del vapor, En 1764 James Watt recibió en el taller una máquina de Newcomen,
se percató de la merma en su rendimiento por la cantidad de vapor que desperdiciaba
y buscó la manera de evitar el continuo calentamiento y enfriamiento del
cilindro de pistones.
La solución fue un condensador separado. De esta forma se
evitaba la constante pérdida de energía, y se reducía a un tercio el consumo de
carbón. Fue el primero y más importante de los inventos de Watt, construyó en
1768 el primer modelo de prueba de lo que un año más tarde patentaría como 'Método
para disminuir el consumo de vapor y de combustible en máquinas de calor'.
A lo largo de 25 años, Watt introdujo numerosas mejoras en
la máquina de vapor, como la producción de movimiento rotatorio, el pistón de
doble acción, el indicador de presión, y el control centrífugo automático de la
velocidad de la máquina.
Máquina de vapor de Watt, procedente de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, expuesta en el vestíbulo de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de Madrid |
De esta forma consiguió un instrumento práctico, con una
potencia capaz de mover maquinaria pesada, lo que trajo consigo el surgimiento
de fábricas y una producción en masa.
Las aplicaciones prácticas de las máquinas de vapor fueron
muy importantes en la minería, donde se utilizaron sobre todo como dispositivos
de accionamiento de las bombas destinadas a evacuar el agua de las galerías
profundas, aunque desde muy pronto también se emplearon como máquinas de
elevación, transporte y extracción.
James Watt adaptó la máquina de vapor para impulsar los
mecanismos industriales. En 1782 fabricaban máquinas de vapor para telares,
fábricas de papel, molinos de harina, destilerías, canales, obras hidráulicas y
talleres.
A partir de entonces las fábricas ya no dependían
necesariamente de los ríos y podían instalarse en cualquier lugar, principalmente
cerca de yacimientos de carbón, mercados de venta y trabajadores.
BIBLIOGRAFÍA
Diseño Industrial Mexicano e Internacional. “Diana Comisarenco”
Fuentes web:
http://www.rtve.es/noticias/20110211/james-watt-maquina-vapor-origen-revolucion-industrial/404679.shtml
https://es.wikipedia.org/wiki/M%C3%A1quina_de_vapor
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